First Two Pages of Frankenstein (4AD, 2023), podría
considerarse una vuelta a las raíces sin olvidar lo aprendido en los últimos
elepés en los que —debido a una fórmula que empezaba a mostrar señales de
agotamiento— The National decidió innovar su propuesta gracias a la
electrónica.
Los de Ohio siempre se han mantenido en la periferia, dentro del circuito
independiente, siendo un reclamo como cabezas de cartel para todos los grandes
festivales del planeta. Por fortuna, su posición en la industria se encuentra
lejos del mainstream. Nada de vender millones de copias, llenar estadios
y despachar baladas con sacarina para la radio. Ello les ha permitido mantener
una sólida carrera discográfica —nueve discos en total— que no baja del
notable.
Durante los últimos años I Am Easy To Find (2019) tuvo gran
aceptación por parte del público, Matt Berninger (vocalista) sacó en solitario
el laureado Serpentine Prison (2020), el guitarrista Aaron Dessner
produjo a Taylor Swift y colaboró con Bon Iver, Bryce Dessner (guitarra)
trabajó en diversas bandas sonoras, mientras Bryan (batería) y Scott Devendorf
(bajo) participaron en álbumes de otros músicos.
El imaginario de la banda, melancólico y profundo, trata sobre temas
universales como el amor, relaciones personales, aislamiento y superación. Todo
desde un prisma cool, Wayfarers y elegancia rockera embutida en trajes de Armani.
Berninger continúa interpretando el papel de crooner herido con su voz
de barítono, desgranando las grandezas y miserias de la vida cotidiana. En
entrevistas recientes, confesó haber pasado por una crisis creativa y
consiguiente depresión durante la pandemia, motivo por el que estuvo a punto de
abandonar al grupo. Esto influyó en las letras y composición del álbum.
El corte de apertura, Once Upon a Poolside, marca la pauta de lo que
encontraremos a lo largo del elepé: evocadora melodía de piano, reflexión,
sencillez, magia. Sufjan Stevens participa en los coros.
Eucaplytus es el tema más épico del conjunto. Un
irónico himno a las rupturas sentimentales; puro The National. Destaca su breve
solo de guitarra. Un sencillo que no desentonaría junto a cualquiera de sus
clásicos.
New
Order T-Shirt y Tropic Morning News son
estupendos singles. La primera cuenta con imágenes costumbristas típicas
de la formación —«Carry them with me like drugs in a pocket, You in a Kentucky
aquarium, talking to a shark in a corner»— que rozan el surrealismo.
En
la segunda, regresa la electrónica presente en Sleep Well Beast (2017).
Bajo y base rítmica precisas como un metrónomo. «I was suffering more than I
let on, the tropic morning news was on, there’s nothing stopping me now». Esta
fue elegida como primer adelanto.
El
dueto con Taylor Swift, The Alcott, es uno de los puntos álgidos del
disco. Ambas voces se complementan en una historia que trata sobre una pareja
que intenta recuperar la magia del pasado… sin éxito. Un diálogo que oscila
entre la duda, esperanza y recriminaciones por los errores cometidos.
En
Alien y Ices Machines nos encontramos con el folk clásico de la
banda, atmósferas relajadas, intimistas, bellamente construidas. Grease in
Your Head es la pieza más enérgica del conjunto, en la que predomina el
ritmo imparable de la batería y los coros de acompañamiento.
Phoebe
Bridgers participa con sus armonías en This Isn’t Helping y Your Mind
Is Not Your Friend, baladas no exentas de amarga introspección en las que
el piano de Dessner asume el protagonismo. A diferencia de su anterior elepé,
los featurings tienen el peso justo y necesario para no restar
protagonismo a la formación.
Como
coda, la etérea Send for Me, con una tímida base sintética, piano y
dulce recitado por parte de Berninger. «Send for me I’ll come and get you, send
for me whenever wherever» se despide con añoranza.
First
Two Pages of Frankenstein es un disco con sabor crepuscular,
equilibrado, que reúne las virtudes de The National. Once temas preciosistas,
bien medidos, con una producción excelente, en los que no existe relleno.
Ciudades lejanas, autopistas, moteles de carretera, habitaciones vacías,
piscinas, vidas perdidas, la mediocridad de los suburbios. Todo parece extraído
de las páginas de Suites Imperiales (2010) de Bret Easton Ellis. La
espléndida madurez de un grupo al que le queda mucho por ofrecer.