miércoles, noviembre 02, 2022

LOVE: "FOREVER CHANGES" (ELEKTRA, 1967)

El año 1967 fue crucial en la historia del rock. El presidente Lyndon B. Johnson se encontraba al mando de la Casa Blanca y la Guerra de Vietnam continuaba su estela de destrucción en el otro extremo del planeta. Gracias al LSD, los jóvenes de la época expandieron su conciencia, rompiendo los tabúes de la sociedad americana en busca de libertad. San Francisco fue invadida por miles de hippies que predicaban su mensaje de paz, sexo libre y armonía: había nacido el Verano del Amor. All You Need is Love se convirtió en el himno de los hijos de las flores que acampaban en Haight-Ashbury. Estados Unidos se tambaleó: aquel movimiento contracultural amenazaba con derribar sus muros. 

La música era el motor de una generación de estudiantes que se negaba a cumplir las normas —trabajo, patria, familia, religión— dictadas para mantener el orden. La buena acogida de San Francisco (Be Sure to Wear Flowers in Your Hair) propició la creación del Festival Pop Monterrey en el que se pudo disfrutar de las actuaciones de The Animals, Simon & Garfunkel, The Byrds, Jefferson Airplane, Otis Reding, Buffalo Springfield, The Who, Grateful Dead y los propios Mamas And the Papas, entre otras muchas bandas. Todos los géneros se dieron cita durante tres días inolvidables: popbluessoulrock, psicodelia, jazz y folk. Las carreras de Jimi Hendrix y Janis Joplin (con Big Brother & The Holding Company) despegaron. Nada volvería a ser igual en la industria: a partir de entonces los grandes espectáculos al aire libre imitarían la propuesta de Monterrey.

Love, formación liderada por Arthur Lee, no se encontraba en su mejor momento: sus anteriores discos no triunfaron en las listas de ventas, varios miembros originales habían arrojado la toalla y el éxito arrasador de The Doors amenazaba con barrerlos dentro del sello discográfico que los representaba. Light My Fire, número uno de las listas estadounidenses durante tres semanas, convirtió a sus antiguos protegidos en superestrellas. Lee, convencido de que su vida no duraría mucho tiempo, plasmó sus inquietudes en una serie de canciones que, de forma subliminal, anunciaban el ocaso del movimiento hippie.

Jac Holzman, presidente de Elektra Records, recomendó a la banda que bebiera del folk para inspirarse a la hora de componer nuevos temas. Reflejo de una etapa tan creativa como convulsa, grabado en apenas una semana con la ayuda de músicos de sesión, Forever Changes puede ser considerado el canto del cisne del Verano del Amor. 

El elepé abre con Alone Again Or compuesta por el guitarrista Bryan MacLean: guitarras acústicas, aire mediterráneo, solo de trompeta y sección orquestal. El corte marca la pauta de lo que encontraremos: un todo sin costuras en el que los instrumentos encajan con una elegancia que roza la perfección. Andmoreagain —bella balada con gran trabajo vocal por parte de Arthur Lee—, The Old Man —pieza dylaniana cantada por MacLean—, The Red Telephone —medio tiempo preciosista con buenos coros— y The Good Humor Man He Sees Everything Like This —ingenio surreal coronado de chicas guapas, pájaros y puestas de sol—, son gemas pop mecidas por cuerdas que transmiten la inocencia teñida de melancolía de la época. 

La sombra de la muerte atraviesa A House Is Not a Motel con un riff ácido que eleva la canción a un nivel superior. The Daily Planet—electroacústica y con notoria línea de bajo—, Maybe the People Would Be the Times or Between Clark and Hilldale —con estupendos metales de fondo—, Live And Let Live —con sección rítmica pesada y otro sublime solo de guitarra—, y Bummer in the Summer (del que Lana del Rey parece haberse apropiado de su título para Lust For Life), aportan una corriente de energía lisérgica al conjunto. 

Como despedida, You Set the Scene podría ser una llamada de atención a la futilidad del sueño dorado de los hijos de las flores; obra cumbre de Lee que se entregó en cuerpo y alma a un álbum que estaba destinado a marcar huella.

Por desgracia para Love, Forever Changes pasó desapercibido entre la extraordinaria cosecha musical de aquel año: el celebérrimo Sgt. Pepper's Lonely Hearts Club Band de los Beatles, Surrealistic Pillow de Jefferson Airplane, The Doors y Strange Days de The Doors, Disraeli Gears de Cream, The Who Sell Out de los Who, Buffalo Springfield Again de Buffalo Springfield, Days of the Future Passed de The Moddy Blues, Are You Experienced? de Jimi Hendrix Experienced, Lumpy Gravy de Frank Zappa, Something Else de The Kinks, Ten Years After de Ten Years After, The Piper at the Gates of Dawn de Pink Floyd, John Wesley Harling de Bob Dylan, Younger Than Yesterday de The Birds, Songs for Leonard Cohen de Leonard Cohen y The Velvet Underground And Nico de The Velvet Underground. Afortunadamente no tardó en ser revalorizado; en la actualidad se considera una obra maestra por la crítica y el público.

Forever Changes es un clásico que reúne lo mejor de finales de los sesenta: la gran labor de estudio del productor Bruce Botnick, una cuidada instrumentación con perfectos arreglos orquestales, lírica que anticipa el fin de una época en la que los jóvenes creían que heredarían la Tierra. Los crímenes de la Familia Manson, la tragedia del Festival Altamont, las fatídicas despedidas de Brian Jones, Janis Joplin, Jimi Hendrix y Jim Morrison, no tardarían en demostrar que aquellas ilusiones coloridas sustentadas por el ácido eran una quimera.