El
artista convierte paris en un refugio emocional donde el ritmo late despacio
y cada nota respira deseo y distancia.
Syd dePalma es una de esas figuras que no necesitan etiquetas para definirse. Músico, compositor, productor y multiinstrumentista granadino afincado en Barcelona, su sonido se mueve entre el post-punk, la psicodelia y una espiritualidad sonora difícil de encasillar. Tras el éxito de su debut El Lugar de Arder (2023), vuelve con un nuevo álbum, paris (.raso), que promete consolidarlo como una de las voces más singulares del indie-psych en castellano.
Tu álbum debut El Lugar de Arder fue muy bien recibido. ¿Cómo sientes que ha evolucionado tu sonido hasta llegar a paris?
La idea para paris era componer todo de una manera más cruda. Muchas canciones han sido compuestas en su versión demo con una guitarra acústica o un piano, intentando que ya funcionaran así, con pocos elementos. A partir de ahí, quise volver un poco al sonido del primer álbum. Intento que toda la música que hago se retroalimente entre sí; hay una especie de involución que, en realidad, me hace avanzar.
En tu música se percibe una mezcla de psicodelia, oscuridad y espiritualidad. ¿De dónde nace ese equilibrio tan característico?
Son cosas que definen un poco mi personalidad, creo. Siempre me ha gustado buscar la psicodelia en todo, en la vida. A veces veo una silla y le intuyo formas psicodélicas, o un mantel, o cualquier cosa. Creo que esa forma de mirar la exporto hacia mi música. Y, bueno, la oscuridad también es algo que me atrae bastante, aunque intento mantener una relación cauta con ella: me dejo gustar, pero sin que me atrape.
¿Qué representa para ti el título paris y cómo se conecta con la atmósfera del disco?
paris representa un colectivo de personalidades, de almas. Cada una ha escrito historias diferentes en este disco. Lo escribo en minúscula porque, al igual que “gente” o “colectivo”, se usa en minúsculas; para mí paris también debe escribirse así, porque no quiero personalizarlo en nadie en concreto. Puede tener que ver conmigo, con alguien con quien me cruce una noche, con quien imagine en un sueño, o con ese largo etcétera de casualidades que se dan en nuestras vidas y que crean esas personalidades. Eso es paris.
En este nuevo trabajo colaboras con artistas como Niño de Elche, Florent Muñoz (Los Planetas) y Heather Cameron. ¿Cómo surgieron esas colaboraciones?
Con Niño de Elche, después de haber hablado varias veces de que molaría hacer algo juntos, un día me escribió para preguntarme cómo llevaba el disco. Le dije que genial, que solo faltaba que él cantara algo y ya lo tendríamos, y así fue: le pasé el álbum y me dijo que quería cantar en «Vuela y sus pupilas se dilatan». En dos semanas lo teníamos ya bordado.
Con Florent estuve el verano de 2024 tocando los sintes para su proyecto personal, y alguna noche, después de tocar, le enseñé cómo tenía los temas. Le molaron y me dijo que se grabaría algo.
Y con Heather la conozco desde hace mil, y ya hacía tiempo que quería grabar algo con ella.
Además de estas colaboraciones, hay mucha gente que ha participado en el álbum. Germán (Plataforma, Univers, Heather) grabó casi todas las guitarras del disco; Eros Migo grabó unos violines en «Ojos, sus ojos»; también hay un taconeo en «Cristal gris», etc.
Tus canciones evocan influencias que van desde The Cure o Echo & the Bunnymen hasta Dean Blunt o Spiritualized. ¿Qué papel juegan las referencias musicales en tu proceso creativo?
Las influencias son totalmente incontrolables, porque se quedan en un subconsciente un poco maleante que, cuando quiere, te las saca sin que te des cuenta. Aun así, en procesos de mucha creación intento escuchar menos música, porque si no es imposible: me sobrecargo de cosas que quiero hacer y pierdo el hilo. Entonces prefiero dejar que juegue un poco ese maleante que ya existe en mi cabeza y que deje pasar las cosas sin buscarlas.
En tus composiciones mezclas instrumentos tradicionales con técnicas de producción modernas. ¿Es una forma de reconciliar pasado y futuro?
Al escuchar música de distintas épocas, imagino que vuelve a activarse ese maleante, y me lleva a buscar instrumentos más “tradicionales”, pero luego los paso por una vorágine de futurismo.
Has tocado en salas emblemáticas como Apolo, Razzmatazz o Mutek, y también en Berlín. ¿Qué diferencias notas entre los públicos y las escenas?
En algunas salas he tocado con otros proyectos anteriores, como Galera. La verdad es que las veces que he tocado en Berlín la vibra ha sido mil veces más intensa. Estoy muy decepcionado, personalmente, con la escena musical en España. Hace tiempo que no me dice nada, más allá de tres o cuatro cosas de gente cercana. En la movida más rock solo veo bandas que son copia y pega de otras, porque los promotores buscan eso: cosas que ya has escuchado antes, no vaya a ser que si haces algo diferente no encaje. Muy decepcionante para mí, lo siento.
Fuiste seleccionado por el programa Artist Talent 2025 del IMB y por Casa de la Música, además de participar en el BAM 2025. ¿Qué valor tiene este tipo de apoyos para un artista independiente?
Pues la verdad es que esa ayuda económica viene muy bien para no desistir en esta industria, que es como estar echándole continuamente monedas a una tragaperras, a ver si algún día sale el bote.
Muchos describen tu sonido como “post-punk espacial” o “psicodelia brumosa”. ¿Te sientes cómodo con esas etiquetas?
Una vez, después de un bolo, alguien me dijo que lo que hacía le parecía “una movida color púrpura”. Para mí, es la mejor etiqueta que me han puesto. Las demás suelen ser un poco pretenciosas y buscan colocarte en un sitio. Tendemos a querer ser organizados con la música, por eso etiquetar con un color me parece mucho más interesante: puede abarcar muchos estilos. Es más un feeling que un estilo con sus standards. Al final, el morado puede ser post-punk, pop o vete tú a saber.
Si tuvieras que describir paris con una sola palabra, ¿cuál sería y por qué?
Desde el principio quise poner solo una palabra: paris. Tuve varias ideas para titular el álbum, pero conforme fui avanzando me di cuenta de que una sola palabra unificaría todo mucho mejor que un título descriptivo.
¿Qué te inspira a seguir creando en un panorama musical tan cambiante?
Bueno, yo principalmente creo para mí. Me inspira lo que siento cada día. Suele pasar que, cuando estoy más hacia abajo emocionalmente, me siento más inspirado y necesito ponerme a hacer música para salir de ahí… o quizá para ir aún más hacia abajo, quién sabe. No tengo muy en cuenta el panorama musical, excepto cuando llega el momento de sacar la música. Ahí sí, de repente, me da una hostia y aparece diciéndome: “Hola, soy Mr. Panorama Musical”.
Después de paris, ¿qué nuevas direcciones te gustaría explorar en tu música?
Tengo ideas de hacer algo más electrónico e intentar componer más a partir de lo que vaya surgiendo en directo con la banda que tengo ahora. Pero, bueno, de momento son solo ideas… pueden cambiar mañana mismo.
