Después
de seis años de silencio roto por algunas esporádicas actuaciones en formato
acústico, Richard Ashcroft regresó al mercado musical con un álbum en el que se
mantuvo fiel a las coordenadas propias de su carrera solista. Nos encontramos
con un disco sencillo, equilibrado y elegante en el que destacaron los
envolventes arreglos de cuerda, cortesía del fiel Will Malone con el que había
trabajado desde mediados de los noventa.
La
inesperada «Out of My Body» empezó con una guitarra de estilo country para
irrumpir en un cruce bailable entre funk y discotequero; himnos como «This Is
How It Feels» (primer single), «They Don’t Own Me» y «These People», típicos
del cantante británico, recordaban a sus tiempos con The Verve; pop comercial
destinado a los radiofórmulas; «Hold On» (segundo sencillo que trataba sobre el
levantamiento de Siria) y «Everybody Needs Somebody to Hurt You», medios
tiempos pausados e introspectivos; «Picture of You», «Black Line» o «Ain't The
Future so Bright» podrían haber encajado en cualquiera de sus antiguos elepés
en solitario y la contundente «Songs of Experience» formó un mosaico que
demostró una madurez que bebía del pasado del artista sin ninguna clase de
nostalgia.
Piano,
guitarras, cuerdas, loops electrónicos, letras elaboradas y grandes
estribillos sirvieron para acompañar un trabajo orgánico medido hasta el último
detalle, que ofreció nuevas texturas y horizontes: pequeñas gemas soberbiamente producidas por el propio británico sin pecar de comerciales en su
vertiente más descarada. Cabe destacar que Ashcroft no había sido medido con el
mismo rasero que otros compañeros de generación. Todo lo contrario: desde el
notable Human Conditions (Hut Records, 2002), la crítica se había
empeñado en menospreciar su carrera tachándolo de tedioso, ególatra, blando,
sobreproducido, carente de fondo y otras lindezas absurdas.
Irónicamente,
a pesar de haber sido crucificado por la prensa especializada, durante los últimos
veinte años (excepto The United Nations of Sound, que no vendió lo
esperado) todos sus trabajos habían alcanzado los primeros puestos de las
listas británicas. Una “decadente” carrera que, según los entendidos de turno,
llevaba dando bandazos desde principios de la década pasada. Los mismos que
habían elevado a niveles exagerados las propuestas de Liam Gallagher, Damon
Albarn, Jarvis Cocker, Noel Gallagher o Thom Yorke. Sin duda, ciertos
periodistas deberían haber prescindido de tanta modernidad y prejuicios a favor
de una mayor amplitud de miras y objetividad profesional.
El
elepé fue reeditado en vinilo el 28 de junio de 2024 en dos formatos: una
edición en vinilo transparente con efecto blue marble y otra especial en
vinilo Gold Nugget. Como único punto negativo, la portada del álbum y
los videoclips (dirigidos por el propio cantante) no
estuvieron a la altura de la leyenda. Al margen de ello, These People resultó
ser un gran trabajo que hizo las delicias de sus fieles seguidores.