lunes, agosto 06, 2018

SUEDE DISCOGRAFÍA (1999-2016)


Head Music (Nude Records, 1999)


Head Music significa el primer tropiezo en una discografía de gran calidad. Al igual que la grabación de Dog Man Star, las sesiones de este álbum no estuvieron exentas de problemas debido a la adicción al crack de Brett Anderson y el síndrome de fatiga crónica de Neil Codling.

La banda situó en segundo plano las guitarras de Oakes y abrazó los teclados, los samples, las cajas de ritmos y las baterías sintetizadas con la ayuda del Steve Osborne (Happy Mondays, Deacon Blue, Placebo) para innovar su propuesta musical. Aunque el elepé fue un éxito de ventas, la crítica llegó a la conclusión que pecaba de material de relleno, letras superficiales y un sonido excesivamente comercial. 

Todos los defectos del grupo se encuentran reunidos en un trabajo errático que no se encuentra a la altura de las glorias del pasado. Los singles Electricity, She’s in Fashion, Everything Will Flow y Can't Get Enough tampoco fueron suficientes para levantar un disco correcto en momentos puntuales y frívolo en conjunto, que hasta su portada deja mucho que desear. 

Curiosamente, los descartes de esta etapa son superiores a la mayoría de los temas aparecidos en Head Music. De haber elegido canciones como Bored, la fantástica Let’s Go, Popstar, Waterloo, Jubilee, Leaving, Read My Mind o Crackhead, el resultado hubiera sido muy distinto.     

A New Morning (Epic, 2002)


Al finalizar la gira de Head Music, Codling abandonó la banda a causa del agotamiento causado por su enfermedad. En vez de tomar una temporada de descanso, Suede se embarcaron en una larga, costosa y perfeccionista grabación que conllevó dos años, diversos estudios de toda Europa y varios productores. Aunque Anderson afirmaba que era el primer disco que componía sin la influencia de drogas de ninguna clase y su anterior teclista fue sustituido por Alex Lee (Strangelove), las canciones no terminaban de despegar.

Producido por Stephen Street (The Smiths, Morrissey, Blur), A New Morning es un trabajo sereno que se distancia de la decadencia, desilusión y nocturnidad propias de las letras del grupo. Positivity fue masacrada por la prensa y el álbum corrió una suerte deplorable en los charts. A diferencia de su anterior trabajo, sus incondicionales dieron la espalda al grupo. Pese a la mala crítica y su escaso impacto comercial —ni siquiera fue editado en Estados Unidos—, los temas rockeros Obsessions, Beautiful Loser, Streetlife y las baladas Lost in TV y Oceans merecieron mejor suerte. 

Aunque descartes como Simon y Cheap resultan memorables, la voz de Brett Anderson no enamora como antaño, la portada es ridícula y el riesgo brilla por su ausencia. Los londinenses aceptaron que la inspiración había desaparecido y después de lanzar un grandes éxitos con dos prescindibles canciones inéditas —Attitude y Love the Way You Love— decidieron disolverse.      


Bloodsports (Warner Bros, 2013)



Durante todo el tiempo que la banda estuvo inactiva, Brett Anderson hizo las paces con Bernard Butler y formó el grupo The Tears cuyo debut sufrió una suerte similar a A New Morning. Posteriormente, se embarcó en una curiosa carrera en solitario en la que destaca su fijación por Scott Walker. La inesperada reunión de Suede fue recibida con una mezcla de esperanza y duda por parte de sus seguidores y los medios: ¿acaso a la formación le quedaba algo por aportar después de su imparable ascenso y nefasta caída? 

Por fortuna, Bloodsports cerró todas las viejas heridas convirtiéndose en el álbum que tenían que haber editado después de Coming Up. Volvemos a encontrarnos con un Anderson en plenas facultades vocales, drama, tristeza y dolor por las oportunidades perdidas. It Starts And Ends With You, Snowblind y Sabotage podrían encajar perfectamente en su trabajo de 1996. Sometimes I Feel I'll Float Away tiene la misma estructura que My Insatiable OneAlways es la segunda parte de The Aspalth WorldWhat Are You Not Telling Me? recupera la soledad inherente de las primeras composiciones de la banda y Faultlines resulta el cierre perfecto para un álbum que les proporciona una segunda juventud. 

Respecto a los rutinarios singles —que podrían ser los peores de toda su carrera—, tanto Hit Me como For the Strangers palidecen frente a descartes como Dawn Chorus o What Violet Says. Una vuelta a los orígenes que cuenta con una magnífica portada, el veterano Ed Butler a la producción y una estructura que recuerda al principio de Coming Up y el final de Dog Man Star.   

Night Thoughs (Warner Bros, 2016)
  

El regreso de Suede con el notable Bloodsports hizo olvidar la época de álbumes blandos, egos desmedidos y luchas internas que ocasionaron la caída de la banda a principios de la década pasada. Night Thoughs fue disco que sus fans llevaban esperando desde hacía años. El grupo sintetizó lo mejor de su esencia en un trabajo poético, barroco y dramático lleno de temas pegadizos como los singles Outsiders, Like Kids y No Tomorrow. I Don't Know How to Reach You y What I'm Trying to Tell You también inciden en su faceta más guitarrera. Respecto a las baladas, destacan la desgarradora Pale Snow —capaz de arrebatar la respiración—, Tightrope y la épica dupla When You Are Young/When You Were Young.

Volvemos a encontrarnos a personajes jóvenes, temerosos y alienados que buscan su camino, todo escrito desde la óptica que proporciona la experiencia y el recuerdo. Historias sobre oportunidades perdidas, excesos, remordimientos, sexo sucio y nocturnidad típicas de Brett Anderson. Este brilla con luz propia y llega a eclipsar el trabajo de sus compañeros con una interpretación ampulosa y vibrante que nos retrotrae a sus mejores tiempos como vocalista. La producción de Ed Buller —fue la quinta vez que trabajó con ellos— hace hincapié en el sonido oscuro, denso y claustrofóbico de un álbum sin fisuras en el que todas las canciones encajan con la precisión de un metrónomo. La nana Learning To Be —inspirada en la reciente paternidad del cantante— y la agridulce I Can't Give Her What She Wants —en la que Anderson se luce al máximo— nos prepara para el broche final con The Fur & the Feathers que recuerda a la majestuosa Still Life.

Suede dieron en la diana con un álbum ambicioso, teatral y maduro que se encuentra más próximo a la grandiosidad de Dog Man Star —tanto en estructura como en producción— que a cualquier otro elepé de su discografía. Tanto la crítica como el público reaccionaron de forma positiva ante el trabajo de los londinenses y sus actuaciones en directo continuaron rayando gran altura. 

¿Acaso se puede pedir más a una segunda juventud?