Página 5, justo detrás de las
notas legales, y antes de la introducción, nos aparece una breve referencia a
ese viaje al horror que Conrad, de la
mano de Kurtz, hizo adentrarnos en su momento.
Y, sin querer desvelar nada de la trama de este «Némesis», simplemente
apuntar que ese descenso a los infiernos podría estar bien presente a lo largo
de las casi 300 páginas que vendrán a continuación.
Un viaje que tiene uno de sus
grandes momentos en esa introducción que le sirve a Alexis Brito Delgado para
mostrarnos ese punto de partida en el que el Capitán Stark y sus hombres se nos
presentan con toda la crudeza para mostrarnos esas frisa máquinas de guerra en
la que acaban convirtiéndose los que antaño fueran ciudadanos normales, pero
que, como marionetas, acaban siendo moldeados por el alto mando.
Un primer contacto con ese puñado
de soldados que van a ser los protagonistas del libro, en el que la crudeza y
la sin razón de la guerra queda
magníficamente reflejada con la unión del viejo judío y esa caja fuerte que va
a convertirse en su hogar. No hay duda
de que Alexis con esas primeras veinticinco páginas acaba de dejar el listón
muy alto, y la pregunta no es otra que si conseguirá ser capaz de mantener el
nivel, ya que estamos sólo al inicio del libro.
Veinticinco páginas que dan paso
al viaje y a la transformación de toda la realidad de ese grupo de soldados del
III Reich (magnificas todas las nota de páginas con las que el autor nos va
familiarizando con la jerga militar del que estaba destinado a ser el mayor
ejercito de todos los tiempos) y para ello, de nuevo otro éxito de Alexis, nada
mejor que situar la acción justo en el lugar donde Hitler empezó a perder la
guerra. Las condiciones extremas y la negación de la razón se apoderan de la
segunda parte del libro en la que, de nuevo, vuelve a aparecer ante nosotros,
magníficamente descrita por el autor, ese viaje a ninguna parte en el que
acaban convirtiéndose los conflictos armados. El listón ha seguido alto y ahí
se ha mantenido y, ya lo adelanto, va a seguir así en la tercera parte del
libro.
Una tercera parte que da inicio
con ese «viaje sin retorno», que implícitamente ya nos va dando pistas de que
caminos acabará tomando Stark, y que tiene como punto álgido ese momento dedicado
a «Natalya», que ya sin remisión va a desencadenar en la decisión (solución)
final de Johannes Stark, a la que cualquier referencia, se mire por donde se
mire, no haría nada más que convertirse en un gran spoiler, por lo que,
simplemente, no me queda otra que recomendar su lectura.
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