lunes, octubre 22, 2018

RICHARD ASHCROFT: "NATURAL REBEL"


«Con la experiencia viene el conocimiento, para mí, este es mi conjunto más fuerte de canciones hasta la fecha. Todos mis sonidos favoritos se convierten en algo que, con suerte, dará a mis fans un placer duradero. Es para ellos. La música es poder.»

Richard Ashcroft




La publicación de These People (Cooking Vinyl, 2016) devolvió a Richard Ashcroft al mercado discográfico después de seis años en un discreto segundo plano. La gira de promoción fue un éxito que lo hizo recorrer medio planeta, ofrecer numerosas entrevistas en los medios y reactivar las redes sociales en las que apenas participó durante aquel tiempo. Parece que el británico se encuentra en un momento dulce de su vida: feliz, lleno de vitalidad y cómodo con su papel de artista. El peso de los noventa, la sombra de The Verve y The United Nations Of Sound ha quedado atrás. Incluso fue telonero de su viejo amigo Liam Gallagher. Bienvenido Mr. Capitán Rock.  

Natural Rebel (BMG, 2018) resulta una evolución respecto a su anterior trabajo: sonido sencillo sustentado por guitarras acústicas y secciones orquestales. El veterano Chris Porter —productor habitual del cantante durante las últimas décadas— ha cedido la batuta al tándem formado por Jon Kelly/Emre Ramazanoglu. Rock, psicodelia, soul, pop, blues, hip hop, folk, funk, electrónica, country… Estas influencias han desfilado por su discografía en solitario pero, al igual que The Beach Boys, The Moddy Blues o Pink Floyd, Ashcroft ha sido fiel al rock sinfónico durante toda su carrera. Sereno, romántico, elegante y en paz consigo mismo, su música destinada a cualquier tipo de público aspira a reconocimiento universal.

El británico desea disfrutar de la vida y compartirlo con su público. La prueba se encuentra en los sencillos Surprise By the Joypop jovial al estilo de C'mon People (We're Making It Now), Science of Silence, Music is Power o Hold On—, la bailable Born to Be Strangers y la épica That’s When I Feel It; carne de festivales. Ignoramos lo que puede pasar mañana; divirtámonos hasta el último minuto.

All My Dreams, con sus punteos rasgueados y coros femeninos de fondo, incide en un sonido clásico que bebe de los setenta. Birds Fly cuenta con un slide de aroma country y cuerdas. That's How Strong descansa sobre una guitarra acústica y voz más desgarrada que de costumbre; una bella balada mecida por violines dedicada a su esposa, Kate Radley, capaz de tocar la fibra sensible de los más escépticos.

En We All Bleed —la pieza más oscura del álbum— el cantante parece reflexionar sobre sí mismo, de las luces y sombras que siempre han acompañado su arte. A Man in Motion es una declaración de principios; Ashcroft no piensa detenerse por muchas dificultades que se interpongan en su camino. Streets of Amsterdam, con su piano, trabajo electroacústico y arreglos de cuerdas, resulta tan nostálgica como Birds Fly. Para terminar, Money Money, la canción más incendiaria del disco, impregnada de gasolina, humo y sudor. Una despedida atípica; suele finalizar sus elepés con medios tiempos o baladas. Lástima que el de Wigan reserve temas potentes —Get Up Now, Slip Sliding y Long Way Down— como caras B de sus discos. La energía rockera siempre es de agradecer.    

Para no perder la costumbre, la crítica británica se ha cebado con el nuevo álbum del cantante, tomando como punto de referencia Urban Hymns (1997): Bitter Sweet Symphony, The Drugs Don´t Work, Lucky Man y Sonnet en cabeza. Cualquier artista de los noventa que continúe activo en la actualidad saldrá perdiendo si se compara su trabajo reciente con las glorias del pasado. Eran otros tiempos, la música era diferente y no existía un renacimiento sociocultural cómo el que ofreció el Britpop al pueblo de Gran Bretaña. Ashcroft no debería ser la excepción de la regla. Aniquilar el disco al completo, alegando que no tiene ni un solo tema salvable, resulta una hipérbole a todas luces. Probablemente la propuesta de The Good, the Bad & the Queen —por poner un ejemplo— reciba los elogios que le son negados de forma sistemática. El público no opina igual que la prensa: Natural Rebel fue número cuatro en las listas inglesas a los pocos días de su lanzamiento.

El británico ha agotado las entradas de los próximos bolos de Barrow Lands, Town Hall, Rock City, Albert Hall y The Kentish Town Forum. Todo indica que su próxima gira también será un triunfo. El trabajo duro, tarde o temprano, obtiene su recompensa. Natural Rebel es un compendio de luz, profundidad y melancolía. Richard Ashcroft en definitiva.