viernes, septiembre 23, 2016

NICK CAVE & THE BAD SEEDS: "SKELETON TREE"


Nick Cave es un artista polifacético que ha incursionado en todo tipo de disciplinas: bandas sonoras, novelas, obras de teatro, lecturas poéticas, colaboraciones musicales, guiones de cine, proyectos paralelos a los Bad Seeds (Grinderman) y actuación. Era inevitable que una tragedia familiar de semejantes proporciones —la muerte de su hijo Arthur en un accidente— condicionara su nuevo trabajo.
Cave ha decidido no ofrecer entrevistas, por consiguiente, el documental One More With Feeling de Andrew Dominik (El asesinato de Jesse James por el cobarde Robert Ford, 2007) en el que se muestra la grabación del disco, es el complemento perfecto para aclarar cualquier duda a los curiosos, periodistas y fieles seguidores. Durante toda la película, el australiano, su esposa y la formación se muestran sensibles y comedidos; apenas mencionan el nefasto suceso para no proporcionar carnaza a los titulares amarillistas. 
La seminal portada resulta un pequeño anticipo de lo que vamos a encontrar en su interior. “Jesus Alone”, primer single del álbum con su austero videoclip en blanco y negro, marca la pauta del sonido de Skeleton Tree: gélido, ominoso, crudo y minimalista. La voz de Cave suena descarnada en todos los cortes, como si el australiano apenas le restaran fuerzas para cantar. Este se muestra frágil, íntimo y vulnerable frente al desconocido que lo observa reflejado en el espejo. No queda lugar para personajes ni artificios; Cave y sus sentimientos son los protagonistas absolutos. Un crooner salido de los infiernos cuyas letras muestran imágenes bíblicas congeladas en un momento perpetuo de angustia, culpabilidad y desesperación.
Al igual que el laureado Push The Sky Away (Bad Seed Ltd., 2013), la música ha sido reducida a su mínima expresión: piano, sintetizadores fantasmales, tenues líneas de bajo, arreglos de cuerdas, loops, melodías rotas, electrónica y una percusión carente de peso. Aunque el grupo había comenzado las sesiones el año anterior, el fallecimiento del gemelo dio forma al disco tal como lo conocemos. Desde la partida de Mick Harvey, Warren Ellis se ha convertido en el director musical de la banda. Lejos de cualquier estridencia, las guitarras han desaparecido cediendo el protagonismo a atmósferas sobrevoladas por la mórbida tristeza que recorre cada surco del álbum.
Además de “Jesus Alone” y la estremecedora “I Need You” (en la que el músico se entrega por completo), destacan “Distant Sky”, con sus aires de iglesia y coros cortesía de la soprano Else Torp, la claustrofóbica balada “Girl In Amber”, la espectral “Magneto” y el resignado tema que titula el álbum deja una puerta abierta a la esperanza; un frío resquicio de luz en un camino velado por las tinieblas. 
Sin duda, Skeleton Tree es uno de los elepés más arriesgados y personales de Nick Cave —junto a The Good Son (Mute Records, 1990) The Boatman’s Call (Mute Records, 1997)— en el que desnuda su alma rota sin pudor, ofreciendo sus demonios, temores y miserias al público. Un ejercicio de catarsis convertido en arte que narra la pérdida de la fe, el dolor y la redención. Este podía haber aprovechado el morbo inherente de su situación para componer un tema apto para las radiofórmulas (“Tears In Heaven” de Eric Clapton sería un buen ejemplo) pero, a diferencia de otros artistas, ha ignorado la ocasión de lucrarse a favor de la autenticidad. Por una extraña ironía del destino, tal como sucedió con Blackstar de Bowie, su trabajo menos asequible se ha convertido en un éxito que ha superado a nivel comercial a la mayoría de sus anteriores discos. Ello demuestra que músicos llegados a una edad madura como Neil Young, Iggy Pop, Leonard Cohen, Van Morrison, Bob Dylan o Tom Waits continúan publicando grandes álbumes que corroboran su talento.
La escucha del disco puede resultar una experiencia perturbadora. Skeleton Tree es un álbum de duelo no apto para todos los públicos, ideal para la soledad del hogar. Un amargo regalo para los fanáticos del australiano, con los que comparte la pérdida que ha motivado la creación de otra singular obra maestra dentro de su fascinante discografía.