El metal en Canarias siempre ha tenido poca salida al mercado. El público prefiere escuchar géneros —por poner algunos ejemplos— más asequibles como salsa, reggaetón, bachata o los éxitos que dominan los 40 Principales. Pocos locales en el circuito de actuaciones (la mayoría solo contratan grupos de covers) para que las bandas puedan desarrollar su potencial sobre el escenario, una preocupante falta de festivales para darse a conocer, egos desorbitados por parte de algunos compañeros de profesión, amiguismo a mansalva y carencia de sellos discográficos con los que grabar un elepé. De hecho, la mayoría de los promotores pretenden que, a pesar de cobrar entrada, las formaciones actúen gratuitamente. Esta es la triste y cruda realidad. ¿Qué hacer en una situación tan desfavorable a nivel musical?
La
única alternativa para las bandas es seguir realizando su trabajo,
independientemente de todas las dificultades inherentes a su profesión. En el
caso de Disoomnia, después del prometedor EP Crónicas (Estudio Blost, 2007) en el que cantaban en castellano, Planetary Concern (Estudio Blost, 2015)
ha representado, aparte del cambio de idioma, una evolución respecto a su
sonido, todo para llegar a un público más amplio.
En palabras de su vocalista: «Este disco es conceptual y
las canciones siguen una línea cronológica. Hay dos niveles: uno de ellos es la
troposfera, relacionada con la tierra, y representa el principio del caos
interno. En este nivel encontramos las canciones más agresivas y caóticas
debido a la frustración del protagonista (causada por sus dudas sin respuesta y
sus miedos) y su incapacidad para
resolverla. Luego tenemos el segundo nivel, o estratosfera, relacionado con la
liberación, donde tras años de angustia y dudas, el protagonista hace una
mirada introspectiva y aprende a no identificarse con sus pensamientos, con lo
que el sufrimiento y el miedo empiezan a disminuir. En estas canciones
comenzamos a ver referencias a la luz y el mar como símbolos de calma y
alivio».
“The
Hive”, tema con el que suelen empezar sus conciertos, abre el disco con una
introducción que roza el rock progresivo, sintetizadores y una sección rítmica
que da paso a las guitarras. Toda una declaración de intenciones que anticipa
lo que vendrá a continuación. “Dead
Sun” destaca por su arranque misterioso y los juegos de voces entre David
García y Celia Montelongo; una de las mejores canciones del álbum que alterna
entre el lado melódico/pesado de la formación con diferentes cambios de tempo.
“Pronaos”
es una extensa balada eléctrica que cuenta con delicados arpegios,
cuerdas, un bajo que lleva todo el peso de la canción y una letra que trata
sobre borrar el pasado y volver a empezar de cero. Los
sintetizadores de “Red Sea” recuerdan vagamente al trabajo de Jean Michel Jarre
en los setenta, la muralla de ruidosas guitarras no proporciona respiro en ningún
momento. Gran despliegue instrumental por parte de los miembros de la
formación.
En
“Neptune”, la pieza más veloz de todo el elepé, García canta de modo suave
hasta llegar al estribillo, en el que lo hace de forma gutural; un interesante
cambio de voz que encaja perfectamente en la dinámica interna del tema. “Moebius’s
Eyes” es otra furiosa pieza con un buen solo de guitarra, cuerdas, un puente
instrumental dominado por punteos eléctricos y un sintetizador atmosférico a
mitad de la canción.
Puede
que la futurista “2064” sea el tema con más influencias de metal gótico de todo
el elepé. Guitarras potentes, electrónica y un coro ideal para corear en vivo.
Esta da paso a “Deimos”: riffs y voces entrecortadas, casi punks, con una
batería contundente y desquiciada. La despedida perfecta para uno de los
mejores discos que se han publicado en Canarias en años. Un trabajo variado y
potente, con grandes melodías y un imaginativo trabajo de estudio por parte del
guitarrista/productor Carlos Díaz.
Disoomnia
es una de las bandas más solventes de la escena musical del archipiélago que se
ha labrado una sólida reputación gracias a sus directos; su actuación el pasado mes de agosto en el Goymar 2017 resulta buena prueba de ello. Black Sabbath, Katatonia, AC/DC, Lamb Of God, Metallica, Sybreed, Paradise Lost, W.A.S.P. y Korn son algunos de sus grupos favoritos. Viendo el lapso de tiempo transcurrido entre su primer EP y la publicación de Planetary Concern solo cabe plantearse
una pregunta: ¿para cuándo el próximo álbum?